- Lun, 22 Ago 2022, 18:12
#733
Además del Caleuche, la Pincoya, entre otros existe una figura bien conocida de la mitología de Chiloé, a pesar de que solo es una isla tiene una mitología bien nutrida y que merece ser conocida, el cual es el Trauco.

Es una horrenda y pequeña criatura con características de íncubo, con aspecto de un enano de facciones desagradables de unos 80 centímetros de estatura que camina dificultosamente, pues no tiene pies, ya que sus piernas terminan en unos repulsivos muñones a la altura de los tobillos. Por ello, debe apoyarse en un bastón retorcido llamado pahueldún, que puede convertirse según la voluntad de su grotesco amo en una pequeña y mágica hacha de piedra, con la cual es capaz de cortar cualquier árbol con tan solo tres golpes.
Es conocido por su desmesurado apetito sexual por las mujeres jóvenes, especialmente las vírgenes, por lo que vive en los alrededores de las casas de los chilotes para vigilar a las mujeres que le interesan. Se cuelga de las ramas altas de los árboles en los bosques aledaños, donde espera pacientemente el momento de acercarse a su víctima, esperando que vengan solas.
La vestimenta del Trauco está hecho de quilineja, una planta trepadora que sólo crece en los bosques de la isla. Según la leyenda, se puede ver al ente sin problemas siempre y cuando el mismo no se entere porque sino es así, si toca la mala suerte de encontrarse cara a cara con él, le suelta inmediatamente un aire, dejándole torcida la boca, jorobado, atontado y mudo y en el peor de los casos, mata a la persona que aún no ha reparado en él, o bien la deforma espontáneamente, dejándola tullida, con el cuello torcido, con los huesos dislocados.
Las maneras que tiene el Trauco de manifestar su deseo sexual hacia una mujer: anuncia su visita a una casa enviando sueños lúbricos a las personas del sexo opuesto, transformándose en esos sueños en un joven de buena presencia. Las maneras que tenían las madres de las jóvenes para protegerlas de tal ente eran dejar sobre la mesa al acostarse un puñado de arena. Como el perverso personaje se siente atraído a contar los granos de arena, se olvida de las muchachas; y con las primeras luces del alba desaparece por temor a ser sorprendido por muchas personas. Otra forma de alejar al Trauco sería colocar excrementos en el cuerpo de la mujer, ya que el Trauco es muy limpio con relación a todo lo que toca; así que cuando ve cosas sucias se aleja y ya no codicia a su enamorada.
*** Tal como la leyenda del Caleuche, el Trauco también tenía cierta moraleja y explicación de ser el cual es de proteger la deshonra de las jóvenes cuando éstas quedaban embarazadas sin haberse casado (era una sociedad machista… bueno sigue siéndolo). El nacimiento del hijo, al ser atribuido al Trauco, no afectaría socialmente a la madre ni al niño.

Es una horrenda y pequeña criatura con características de íncubo, con aspecto de un enano de facciones desagradables de unos 80 centímetros de estatura que camina dificultosamente, pues no tiene pies, ya que sus piernas terminan en unos repulsivos muñones a la altura de los tobillos. Por ello, debe apoyarse en un bastón retorcido llamado pahueldún, que puede convertirse según la voluntad de su grotesco amo en una pequeña y mágica hacha de piedra, con la cual es capaz de cortar cualquier árbol con tan solo tres golpes.
Es conocido por su desmesurado apetito sexual por las mujeres jóvenes, especialmente las vírgenes, por lo que vive en los alrededores de las casas de los chilotes para vigilar a las mujeres que le interesan. Se cuelga de las ramas altas de los árboles en los bosques aledaños, donde espera pacientemente el momento de acercarse a su víctima, esperando que vengan solas.
La vestimenta del Trauco está hecho de quilineja, una planta trepadora que sólo crece en los bosques de la isla. Según la leyenda, se puede ver al ente sin problemas siempre y cuando el mismo no se entere porque sino es así, si toca la mala suerte de encontrarse cara a cara con él, le suelta inmediatamente un aire, dejándole torcida la boca, jorobado, atontado y mudo y en el peor de los casos, mata a la persona que aún no ha reparado en él, o bien la deforma espontáneamente, dejándola tullida, con el cuello torcido, con los huesos dislocados.
Las maneras que tiene el Trauco de manifestar su deseo sexual hacia una mujer: anuncia su visita a una casa enviando sueños lúbricos a las personas del sexo opuesto, transformándose en esos sueños en un joven de buena presencia. Las maneras que tenían las madres de las jóvenes para protegerlas de tal ente eran dejar sobre la mesa al acostarse un puñado de arena. Como el perverso personaje se siente atraído a contar los granos de arena, se olvida de las muchachas; y con las primeras luces del alba desaparece por temor a ser sorprendido por muchas personas. Otra forma de alejar al Trauco sería colocar excrementos en el cuerpo de la mujer, ya que el Trauco es muy limpio con relación a todo lo que toca; así que cuando ve cosas sucias se aleja y ya no codicia a su enamorada.
*** Tal como la leyenda del Caleuche, el Trauco también tenía cierta moraleja y explicación de ser el cual es de proteger la deshonra de las jóvenes cuando éstas quedaban embarazadas sin haberse casado (era una sociedad machista… bueno sigue siéndolo). El nacimiento del hijo, al ser atribuido al Trauco, no afectaría socialmente a la madre ni al niño.
A coelo usque ad centrum, scientia ac labore: flectere si nequeo superos, acheronta movebo...