- Dom, 20 Mar 2022, 03:10
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El incidente ovni de Badajoz es uno de los fenómenos de avistamiento ovni más extraños que se han producido en la historia de España, ligado a su fuerza aérea. El incidente se popularizó como el “Hombre Verde de Talavera la Real”, ya que dos soldados del ejército, José María Trejo y Juan Carrizosa Luján, afirmaron haber visto y disparado a la criatura de origen desconocido.
Alrededor de la 1:45 hora local del 12 de noviembre de 1976, José María Trejo y Juan Carrizosa estaban de servicio (cada uno en su cabina, separados unos 60 metros) en la denominada zona de combustible de la base aérea de Talavera la Real (Badajoz, España). De repente escucharon un ruido extraño. Al principio, parecía una interferencia de radio, pero se convirtió en un silbido agudo que incluso hacia daño al oído. Los soldados pensaron que el sonido lo había hecho alguien que había entrado en la zona militar, pero después de cinco minutos simplemente se detuvo. Trejo preguntó a su compañero Carrizosa si escuchaba el ruido a lo que éste respondió afirmativamente. Prepararon sus armas, (Z-62), e hicieron una inspección visual de los alrededores.
Unos instantes más tarde volvieron a escuchar el sonido, que era tan poderoso que parecía que sus cabezas iban a explotar. Cinco minutos después, vieron una luz vertical en el cielo, como un relámpago, que duró unos 15 o 20 segundos. Un tercer guardia llegó con un perro guardián.
José Hidalgo y otro acompañante, junto al perro, se acercaron a las cajas. Ante el temor de que alguien hubiera entrado a la instalación militar con intención de sabotaje, decidieron avisar al cabo de guardia, Pavón que les ordenó revisar toda la zona.
Iban paralelos al muro que separaba la vía principal de la base. Al ver que el perro, especialmente adiestrado para estos casos, no mostraba signos de ansiedad, ellos también permanecieron tranquilos. Pero de repente, habiendo caminado unos 300 metros, sintieron algo entre los árboles y escucharon romperse las ramas de un eucalipto cercano. Los militares se pusieron en alerta y, agarrados a sus fusiles, soltaron al perro, el cual se dirigió directo al lugar de donde provenía el ruido. Los militares esperaban alguna señal del perro, pero al cabo de unos segundos el animal volvió lento y tambaleante. Parecía enfermo, y después de un tiempo, el perro comenzó a correr alrededor de los soldados (a los perros se les enseña esto para proteger a sus adiestradores).
Los soldados dieron el alto varias veces, pero nadie contestó hasta que José María Trejo tuvo la sensación de que alguien los seguía. A 15 metros de distancia, Trejo vio una luz verde con forma humana.
Lejos de pensar que el humanoide le atacó, José Manuel Trejo sostiene que le salvó la vida.
Al día siguiente, unos 50 soldados buscaron en la zona donde ocurrió el hecho, pero no encontraron nada. Ni un solo cartucho, ni una bala impactó en la pared que rodeaba el perímetro, nada.
Los días posteriores Trejo fue trasladado al hospital donde permaneció en coma durante 13 días y sufrió convulsiones sin explicación.
La explicación, el paradero de las balas, casquillos y todo lo relacionado con el evento siguen siendo un misterio.
Y tu... conocías el caso?
Alrededor de la 1:45 hora local del 12 de noviembre de 1976, José María Trejo y Juan Carrizosa estaban de servicio (cada uno en su cabina, separados unos 60 metros) en la denominada zona de combustible de la base aérea de Talavera la Real (Badajoz, España). De repente escucharon un ruido extraño. Al principio, parecía una interferencia de radio, pero se convirtió en un silbido agudo que incluso hacia daño al oído. Los soldados pensaron que el sonido lo había hecho alguien que había entrado en la zona militar, pero después de cinco minutos simplemente se detuvo. Trejo preguntó a su compañero Carrizosa si escuchaba el ruido a lo que éste respondió afirmativamente. Prepararon sus armas, (Z-62), e hicieron una inspección visual de los alrededores.
Unos instantes más tarde volvieron a escuchar el sonido, que era tan poderoso que parecía que sus cabezas iban a explotar. Cinco minutos después, vieron una luz vertical en el cielo, como un relámpago, que duró unos 15 o 20 segundos. Un tercer guardia llegó con un perro guardián.
José Hidalgo y otro acompañante, junto al perro, se acercaron a las cajas. Ante el temor de que alguien hubiera entrado a la instalación militar con intención de sabotaje, decidieron avisar al cabo de guardia, Pavón que les ordenó revisar toda la zona.
Iban paralelos al muro que separaba la vía principal de la base. Al ver que el perro, especialmente adiestrado para estos casos, no mostraba signos de ansiedad, ellos también permanecieron tranquilos. Pero de repente, habiendo caminado unos 300 metros, sintieron algo entre los árboles y escucharon romperse las ramas de un eucalipto cercano. Los militares se pusieron en alerta y, agarrados a sus fusiles, soltaron al perro, el cual se dirigió directo al lugar de donde provenía el ruido. Los militares esperaban alguna señal del perro, pero al cabo de unos segundos el animal volvió lento y tambaleante. Parecía enfermo, y después de un tiempo, el perro comenzó a correr alrededor de los soldados (a los perros se les enseña esto para proteger a sus adiestradores).
Los soldados dieron el alto varias veces, pero nadie contestó hasta que José María Trejo tuvo la sensación de que alguien los seguía. A 15 metros de distancia, Trejo vio una luz verde con forma humana.
El ser era muy alto, de unos 3 metros. Parecía estar formado por pequeños puntos de luz, y el brillo era más intenso a lo largo de sus bordes. La cabeza era pequeña y estaba cubierta por algo parecido a un casco. Los brazos eran muy largos y estaban cruzados. No se veían ni manos ni pies.Trejo intentó disparar, pero no pudo hacerlo porque en ese momento los brazos del ser de color verde se movieron a una posición perpendicular al cuerpo y acto seguido, Trejo comenzó a sentir una rigidez general, cayó al suelo y perdió la visión. Hidalgo y Carrizosa empezaron a disparar entre 40 y 50 rondas de municiones contra esta criatura, que repentinamente desapareció.
Lejos de pensar que el humanoide le atacó, José Manuel Trejo sostiene que le salvó la vida.
“Cuando estaba en el suelo sentí cómo me rozaba el pelo una de las balas de mis compañeros. Creo que el ser sabía lo que iba a pasar y se anticipó. Caí al suelo porque, de lo contrario, me podrían haber matado”El espeluznante sonido que habían escuchado antes reapareció. Esta vez la duración del sonido fue de 10 o 15 segundos. Los colegas ayudaron a Trejo a levantarse y pusieron a toda la base en alerta máxima.
Al día siguiente, unos 50 soldados buscaron en la zona donde ocurrió el hecho, pero no encontraron nada. Ni un solo cartucho, ni una bala impactó en la pared que rodeaba el perímetro, nada.
Los días posteriores Trejo fue trasladado al hospital donde permaneció en coma durante 13 días y sufrió convulsiones sin explicación.
La explicación, el paradero de las balas, casquillos y todo lo relacionado con el evento siguen siendo un misterio.
Y tu... conocías el caso?
¿Has sentido alguna vez esas cosas punzantes en la nuca? Son ellos…