- Jue, 18 Ago 2022, 15:29
#705
El Caso Cutún ocurre en febrero de 1976, cerca de Las Rojas, valle de Elqui (norte de Chile), donde una familia fue víctima de fenómenos paranormales.
Pasadas las seis de la tarde, de uno de esos días de verano, el técnico agrícola, Nicasio Torres, corrió hasta la casa de uno de sus vecinos. Muy nervioso le contó que extraños fenómenos estaban ocurriendo en su casa, como por ejemplo presenció una lluvia de piedras dentro de su casa, hecho que lo dejó perplejo.

Los fenómenos con el tiempo se intensificaron; empezaron a volar los objetos sin explicación alguna. Mesas, sillas, lámparas y lo más increíble, que incluso fue acreditado en la prensa de la época, es que pedazos de huesos humanos incandescentes atravesaban las paredes y el techo, arrojados desde el exterior. Se decía que la vivienda estaba ubicada junto a un cementerio indígena.
Los hechos se intensificaban al llegar las 23:55, donde una voz anónima citaba a Nicasio Cortés al cerro Cutún, quien, claramente, no quería asistir por temor y los días siguientes, la voz se identificó como su abuelo fallecido para convencerlo, sin embargo, él nunca accedió a ir al cerro.
Muchos de los testigos también cuentan sobre la presencia de un hombre de tés muy pálida, con capa negra y ojos rojos que caminaba en el aire. No obstante, jamás se supo si se trataba de alguien del pueblo o alguna psicosis colectiva.

***Estado actual de la casa Cutún***
Lo último que se supo sobre Nicasio Cortés y su familia, fue que se mudaron a Copiapó, donde no volvieron a ser testigos de hechos paranormales y que, actualmente, gozan de un buen pasar económico y familiar. En cuanto a la casa, esta se perdió en el desierto y, hasta el día de hoy, nadie ha logrado obtener una explicación lógica de lo sucedido.
Pasadas las seis de la tarde, de uno de esos días de verano, el técnico agrícola, Nicasio Torres, corrió hasta la casa de uno de sus vecinos. Muy nervioso le contó que extraños fenómenos estaban ocurriendo en su casa, como por ejemplo presenció una lluvia de piedras dentro de su casa, hecho que lo dejó perplejo.

Los fenómenos con el tiempo se intensificaron; empezaron a volar los objetos sin explicación alguna. Mesas, sillas, lámparas y lo más increíble, que incluso fue acreditado en la prensa de la época, es que pedazos de huesos humanos incandescentes atravesaban las paredes y el techo, arrojados desde el exterior. Se decía que la vivienda estaba ubicada junto a un cementerio indígena.
Los hechos se intensificaban al llegar las 23:55, donde una voz anónima citaba a Nicasio Cortés al cerro Cutún, quien, claramente, no quería asistir por temor y los días siguientes, la voz se identificó como su abuelo fallecido para convencerlo, sin embargo, él nunca accedió a ir al cerro.
Muchos de los testigos también cuentan sobre la presencia de un hombre de tés muy pálida, con capa negra y ojos rojos que caminaba en el aire. No obstante, jamás se supo si se trataba de alguien del pueblo o alguna psicosis colectiva.

***Estado actual de la casa Cutún***
Lo último que se supo sobre Nicasio Cortés y su familia, fue que se mudaron a Copiapó, donde no volvieron a ser testigos de hechos paranormales y que, actualmente, gozan de un buen pasar económico y familiar. En cuanto a la casa, esta se perdió en el desierto y, hasta el día de hoy, nadie ha logrado obtener una explicación lógica de lo sucedido.
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A coelo usque ad centrum, scientia ac labore: flectere si nequeo superos, acheronta movebo...