El Wendigo es una criatura horrible que aparece en la leyenda algonquina (se refiere a un conjunto de pueblos amerindios que habitaron en el norte de Estados Unidos de América y en Canadá) de los nativos americanos, que devoraban carne humana para sobrevivir a los duros inviernos.


Según cuenta la historia, el primer Wendigo fue una vez un cazador perdido. Durante un invierno brutalmente frío, el hambre intensa del hombre lo llevó al canibalismo. Después de darse un festín con la carne de otro humano, se transformó en un hombre-bestia enloquecido, vagando por el bosque en busca de más personas para comer.

En otra versión de la historia, se dice que el primer Wendigo fue un guerrero que hizo un trato con el Diablo. Para salvar a su tribu, entregó su alma y se transformó en un Wendigo.

Cuando se produjo la paz, no hubo necesidad de una criatura tan temible, y el guerrero fue desterrado de su tribu y obligado a vivir como un paria.


Proviene del folclore de los nativos americanos algonquinos, y los detalles exactos varían según la fuente. Algunas personas que afirmaron haberse encontrado con la bestia, dicen que es un pariente de Bigfoot. Pero otros informes comparan al Wendigo con un hombre lobo.

Los algonquinos son algunos de los grupos nativos americanos más extensos y numerosos de América del Norte, y una vez vivieron a lo largo de la costa atlántica y la región de los Grandes Lagos.

Sin embargo, las criaturas parecidas a Wendigo también se encuentran en las leyendas de otras tribus nativas americanas, incluidos los vecinos de los algonquinos, los iroqueses. Entre estos pueblos, una criatura conocida como Stonecoat tiene algunas similitudes con el Wendigo.


Aproximadamente traducida, la palabra "Wendigo" significa "el espíritu maligno que devora a la humanidad".

Otra traducción, que se dice fue hecha por un explorador alemán alrededor de 1860, equipara la palabra "Wendigo" con "caníbal". Se dice que los wendigo tienen un hambre insaciable de carne humana; no importa cuánta carne coman, siguen hambrientos.

Este hambre se refleja en su apariencia, que, según algunos, es extremadamente delgada.

A pesar de su físico demacrado, algunos describen a los Wendigo como gigantes, que miden unos 5 metros de altura. Si bien existen ligeras variaciones en cuanto a la descripción física de esta criatura entre los diferentes pueblos algonquinos, generalmente se acepta que los wendigo tienen ojos brillantes, largos colmillos amarillentos y lengua larga.

También se dice que la mayoría de los Wendigo tienen la piel amarillenta, aunque otros dicen que están enmarañados con el pelo o tienen la piel en descomposición.

Según el etnohistoriador Nathan Carlson, también se ha dicho que el wendigo tiene garras grandes y afiladas y ojos enormes como un búho. Sin embargo, otras personas simplemente describen al wendigo como una figura parecida a un esqueleto con piel de color ceniza.

Las diferentes versiones de la leyenda del wendigo difieren sobre su velocidad y agilidad. Algunos afirman que es inusualmente rápido y puede soportar caminar durante largos períodos de tiempo, incluso en las duras condiciones invernales. Otros dicen que camina de una manera más demacrada, como si se estuviera desmoronando. Pero la velocidad no sería una habilidad necesaria para un monstruo de esta naturaleza.

Uno de los casos más brutales es la historia de Swift Runner, un nativo americano que asesinó y se comió a toda su familia durante el invierno de 1879. Según Animal Planet, Swift Runner afirmó estar poseído por un "espíritu Wendigo" en el momento. de los asesinatos

Aún así, fue ahorcado por su crimen.

Algunos creen que la personalidad humana continúa residiendo dentro del Wendigo, específicamente donde debería estar su corazón. Esta persona está congelada, y la única forma de matar a un Wendigo es matar también al humano dentro de él.

Algunas leyendas afirman que la persona congelada es rescatada con éxito del interior de la criatura; en la mayoría de los casos, sin embargo, la muerte es la única forma de liberar a una persona del Wendigo.

Pero no importa qué versión suene más plausible, obviamente no es una criatura con la que te gustaría encontrarte en una caminata.

Se cree que los wendigo vagan por los bosques donde vivían los algonquinos, y se rumorea que los habitantes de los bosques que desaparecieron a lo largo de los años fueron devorados por estas criaturas. Se han informado muchos avistamientos de Wendigo a lo largo del tiempo, no solo por los nativos americanos, sino también por los colonos blancos.

A principios del siglo XX, las tribus algonquinas culparon a los ataques de wendigo de muchas desapariciones de personas sin resolver. A principios del siglo XX, un hombre de 87 años llamado Jack Fiddler fue juzgado por el asesinato de una mujer.

Si bien se declaró culpable del crimen, se defendió diciendo que la mujer estaba a punto de transformarse en Wendigo, ya que estaba siendo poseída por el espíritu maligno. Por lo tanto, tenía que ser asesinada antes de que asesinara a otros miembros de la tribu. Además de esta mujer, Fiddler afirmó haber matado al menos a otros 13 Wendigo durante su vida.

Pero los creyentes dicen que los Wendigo todavía están en el bosque. Y debajo de ese aterrador demonio carnívoro, todavía podría haber un hombre humano que una vez fue solo un cazador hambriento.