- Mar, 24 May 2022, 13:32
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Estos días está siendo noticia un aumento llamativo de casos de un tipo de viruela llamada "viruela del mono" y be quite, aunque no es la misma enfermedad qué azotó al mundo durante años, las autoridades sanitarias pon en el alerta al mundo entero.
Está alerta sanitaria nos recuerda lo que lamentablemente vivimos hace 2 años cuando la llegada del covid-19 de un día para otro el mundo, provocó un cambio radical en sociedad, la política y la economía.
La viruela es una enfermedad infecciosa grave que en un principio cursa con fiebre y vómitos y más adelante comienzan a aparecer lesiones en la piel en forma de protuberancias cargadas de líquido que con los días, tras convertirse en costras, desaparecían dejando cicatrices muy características.
La enfermedad, con un 30% de mortalidad y graves problemas para los que lograban sobrevivir, como ceguera, mató a más de 300 millones de personas a lo largo del siglo XX.
Se consideró erradicada oficialmente en 1980 y hoy hablaremos de la última muerte documentada en el mundo por viruela.
La última persona en morir de viruela fue una mujer llamada Janet Parker.

La fotógrafa médica de 40 años de Birmingham murió el 11 de septiembre de 1978, exactamente un mes después de que comenzara a sentirse mal.
En cuestión de días, desarrolló manchas rojas antiestéticas en la espalda, las extremidades y la cara, pero cuando llamaron a un médico, le dijeron que tenía varicela.
Sin embargo, ella ya había tenido el virus de la varicela cuando era niña, y su madre sabía que las grandes pústulas con ampollas que ahora aparecían en su cuerpo eran considerablemente diferentes.
A medida que su estado se deterioró, Janet ingresó en el hospital de aislamiento Catherine-de-Barnes en Solihull.
El 5 de septiembre, mientras ella estaba en el hospital, su padre, de 77 años y que también estaba en cuarentena, sufrió un aparente paro cardíaco que acabó con su vida aunque nunca se le practicó un examen post mortem para confirmar su muerte por miedo al riesgo potencial que representaba un contagio de viruela.
Se creía que Janet se infectó por trabajar en un laboratorio de viruela en la Escuela de Medicina de Birmingham pero nunca se probó el origen de la infección, aunque el profesor Henry Bedson, que dirigía el laboratorio, pensó que todo había sido culpa suya y se quitó la vida, dejando a esta nota:
Está alerta sanitaria nos recuerda lo que lamentablemente vivimos hace 2 años cuando la llegada del covid-19 de un día para otro el mundo, provocó un cambio radical en sociedad, la política y la economía.
la viruela
La enfermedad, con un 30% de mortalidad y graves problemas para los que lograban sobrevivir, como ceguera, mató a más de 300 millones de personas a lo largo del siglo XX.
Se consideró erradicada oficialmente en 1980 y hoy hablaremos de la última muerte documentada en el mundo por viruela.
Janet Parker

La fotógrafa médica de 40 años de Birmingham murió el 11 de septiembre de 1978, exactamente un mes después de que comenzara a sentirse mal.
En cuestión de días, desarrolló manchas rojas antiestéticas en la espalda, las extremidades y la cara, pero cuando llamaron a un médico, le dijeron que tenía varicela.
Sin embargo, ella ya había tenido el virus de la varicela cuando era niña, y su madre sabía que las grandes pústulas con ampollas que ahora aparecían en su cuerpo eran considerablemente diferentes.
A medida que su estado se deterioró, Janet ingresó en el hospital de aislamiento Catherine-de-Barnes en Solihull.
El 5 de septiembre, mientras ella estaba en el hospital, su padre, de 77 años y que también estaba en cuarentena, sufrió un aparente paro cardíaco que acabó con su vida aunque nunca se le practicó un examen post mortem para confirmar su muerte por miedo al riesgo potencial que representaba un contagio de viruela.
Se creía que Janet se infectó por trabajar en un laboratorio de viruela en la Escuela de Medicina de Birmingham pero nunca se probó el origen de la infección, aunque el profesor Henry Bedson, que dirigía el laboratorio, pensó que todo había sido culpa suya y se quitó la vida, dejando a esta nota:
"Lamento haber perdido la confianza que muchos de mis amigos y colegas han depositado en mí y en mi trabajo".
Adimension le gusta esto
¿Has sentido alguna vez esas cosas punzantes en la nuca? Son ellos…