Estimados,
Doy a conocer más mitos que provienen de la isla grande de Chiloé.

El primero de hoy fue el Brujo, figura conocida y temida, de hecho, hay hasta un caso de venganza por parte de brujos a una mujer que fue dramatizado en un capítulo de un programa conocido en Chile como ‘el día menos pensado’. Dejaré el enlace de dicho capítulo al final del post (de el brujo).

Ahora a volver con el asunto de este post.
La voladora


Si bien los brujos tienen lugares en común como la cueva mayor, necesitan de mensajeros cuando están alejados a distancias muy extensas. Los brujos no hacen esa gestión, sino que utilizan a una mujer seleccionada por ciertas características de fealdad y obediencia.

Una vez elegida, la ingresan a la institución en calidad de miembro de servidumbre. cuando la brujería necesita de sus servicios, le ordena encerrarse en una pieza obscura y beber el zumo tibio del natri, mezclado con aceite de lobo, preparado en forma especial, por un destacado machi. apenas ingerido este brebaje, la mujer vomita sus vísceras, que deposita cuidadosamente en una vasija de madera de ciruelillo (una «lapa») y la oculta para evitar que terceros la vean.

En cuanto su cuerpo se transforma por arte de magia en un ave zancuda, llamada bauda, remonta el vuelo para cumplir con su cometido cortando las sombras de la noche, con sus gritos desagradables y sobrecogedores, que delatan su presencia y anuncian más de una desgracia; especialmente si alguien tiene la mala suerte de escuchar.


Una vez cumplida la misión, regresan en busca de sus vísceras y las ingiere con rapidez con lo cual regresan a su forma humana. Si en el caso que un tercero las encuentre, y las escondan en otro lugar o las destruye, la voladora conservará por el resto de su existencia su aspecto de bauda con atributos de voladora. Según el mito, en las orillas del mar las baudas descansan y no es posible ver cual es una voladora que no logró volver a su forma humana, y es por ese motivo que son odiadas y temidas por la comunidad.