- Sab, 03 Dic 2022, 08:32
#1218
Mi nombre es Jakov Haslich, y lo que me dispongo a relatarles es tan verdad, como lo es el presente año de nuestro señor de 1626 .
Me encontré con los hermanos Leopold y Theo Gruber a las afueras del pueblo, de madrugada, aún de noche, como habíamos acordado .Caminamos pisando la nieve todavía compacta del dia anterior y no tardamos en llegar a la entrada del cementerio, entramos en el.
La oscuridad era espesa e insoportable, únicamente la tenue luz que desprendían los dos candiles, servía para orientarnos .
Llegamos los tres al mismo lugar donde por la mañana asistimos al entierro de Lukas Moser.
Empezamos a cavar ,la tierra estaba muy húmeda,después de unos minutos,el metal de las palas,golpeó lo que creíamos sería el féretro . Rascamos la superficie y vimos la amarillenta madera.
Sabíamos que debíamos hacerlo rápido y abrimos la caja .
Nadie decia nada,nadie sentía el frió punzante.
Ahí, seguía el cadáver .
Saque el crucifijo del maletín y lo colgué en mi pecho ,Leopold me acercó la daga de madera bien afilada en forma de cruz.
De un salto,entré en la zanja , y la alcé con las dos manos .
De pronto, los ojos de aquel ser se abrieron,con un rojo fulgor y con un aullido de bestia no conocida, abrió las mandíbulas de manera inhumana ,dejando ver unos dientes blancos afilados .
Mis brazos instintivamente cayeron a plomo hundiendo el filo de la madera en el corazón de aquello.
Una aullido atravesó el valle y el eco de aquella bestia,pudo escucharse más allá .
Giramos el cuerpo,sellamos presurosos el féretro y volvimos a cubrirlo de la tierra húmeda ya bendecida.
Nadie conoció nuestro acto en aquella noche de espanto. Hicimos lo que teníamos que hacer, nuestro pueblo de momento seguiría en paz.
Me encontré con los hermanos Leopold y Theo Gruber a las afueras del pueblo, de madrugada, aún de noche, como habíamos acordado .Caminamos pisando la nieve todavía compacta del dia anterior y no tardamos en llegar a la entrada del cementerio, entramos en el.
La oscuridad era espesa e insoportable, únicamente la tenue luz que desprendían los dos candiles, servía para orientarnos .
Llegamos los tres al mismo lugar donde por la mañana asistimos al entierro de Lukas Moser.
Empezamos a cavar ,la tierra estaba muy húmeda,después de unos minutos,el metal de las palas,golpeó lo que creíamos sería el féretro . Rascamos la superficie y vimos la amarillenta madera.
Sabíamos que debíamos hacerlo rápido y abrimos la caja .
Nadie decia nada,nadie sentía el frió punzante.
Ahí, seguía el cadáver .
Saque el crucifijo del maletín y lo colgué en mi pecho ,Leopold me acercó la daga de madera bien afilada en forma de cruz.
De un salto,entré en la zanja , y la alcé con las dos manos .
De pronto, los ojos de aquel ser se abrieron,con un rojo fulgor y con un aullido de bestia no conocida, abrió las mandíbulas de manera inhumana ,dejando ver unos dientes blancos afilados .
Mis brazos instintivamente cayeron a plomo hundiendo el filo de la madera en el corazón de aquello.
Una aullido atravesó el valle y el eco de aquella bestia,pudo escucharse más allá .
Giramos el cuerpo,sellamos presurosos el féretro y volvimos a cubrirlo de la tierra húmeda ya bendecida.
Nadie conoció nuestro acto en aquella noche de espanto. Hicimos lo que teníamos que hacer, nuestro pueblo de momento seguiría en paz.