- Jue, 19 May 2022, 12:17
#381

En el año 1974, salto a la prensa nacional Española el caso de un transportista de salamanca que seguro ver durante dos noches un objeto volador con seres que le persiguieron.
Nos tenemos que remontar a un 21 de marzo de 1974, cuando Maximiliano Iglesias un joven transportista de veintiún años de Salamanca, aseguro haber visto en el mismo punto aproximadamente un kilómetro de Valdehijaderos durante dos noches seguidas unos objetos cerca de la carretera.
Maximiliano se encontraba en un pueblo cercano a Lagunilla, donde residía visitando a su novia, cuando aproximadamente sobre las dos de la madrugada decidió volver a su casa por la carretera con su camión Avia por la carretera que pasaba por la población de Valdehijaderos, cuando aproximadamente a un kilómetro de la misma, Maximiliano fue deslumbrado por una potente luz que él atribuyo a otro camión que se acercaba hacia él por la misma carretera. Ante el deslumbramiento el joven lanzo varias ráfagas de luces y cuando estaba a unos doscientos metros de esa luz tan potente, observo a un lado de la carretera un objeto extraño como “un plato puesto encima de otro más grande y redondo”. A unos diez metros del suelo vio otro objeto semejante, Maximiliano observo como del aparato que estaba posado en el suelo, salían del mismo dos seres, uno de los cuales señalo al camión donde se encontraba nuestro protagonista.
Los seres volvieron a introducirse dentro del aparato y despegaron conjuntamente con el que estaba a diez metros sobre el suelo. Maximiliano intento arrancar el camión infructuosamente hasta un rato después de que estos seres se marcharan en su nave.
El joven asustado llego a su casa y se acostos aunque por miedo a que lo tomaran por loco no relato lo ocurrido a nadie.
Ese mismo día Maximiliano tenía que llevar unos materiales con el camión que su jefe le había encargado y paso por el mismo sítio pero esta vez sobre las once y media de la noche, donde volvió a encontrar a estas dos aeronaves en el mismo punto.
Y esto es lo que relato a los medios de comunicación Maximiliano.
“Se paró el motor el camión no andaba. Me salí de la cabina. De pronto vi cuatro figuras fuera. No sé sí estaban ya o salieron. No se sí son hombres o mujeres. Vinieron hacia mí. Al verlos salí corriendo, asustado. Me vine en dirección a Horcajo a campo a través. Me seguían. Corrían mucho más que yo. Venía agotado y pude meterme en una zanja llena de barro. Pasaron muy cerca, como a dos metros sin verme. Les vi pasar. Eran altos, como de dos metros y tenían brazos y piernas pero sus rostros no se los vi. No les oí voz alguna. Al verlos pasar lejos, me volví al camión. Recuerdo que dejé la puerta abierta y estaba cerrada. Pensé que alguno estaba dentro y me acerqué despacito y miré. No vi dentro a nadie. No recuerdo si hacía frito o calor ¡Calcule cómo estaría yo! Les volví a ver desde lejos y me miraron de nuevo. Señalaban con los brazos. Se montaron y se elevaron las tres naves. Luego vi como volvían a bajar y con unas herramientas que no puedo precisar hacían como unos agujeros. Y por fin se fueron. El camión no lo pude arrancar, pues tenía la batería averiada”.
Maximiliano al día siguiente se personó en el cuartel de la Guardia Civil, para relatar lo acontecido la noche anterior.
La Guardia Civil se persono en el lugar y efectivamente pudo constatar en el sitio que había un agujero que Maximiliano negó haber realizado
“Es cierto cuanto digo para que iba a mentir. El que me quiera creer que me crea. Yo des esto no tenía ni idea. No recuerdo muchos detalles, pero sí presencié que al despegar las naves daba un sonido muy fuerte, un silbido potente que de momento dejaban sordo. Ahora estoy tranquilo y sólo digo una cosa “Si aquella segunda noche, en vez de solo, hubiera ido con otro y éste se hubiera mostrado valiente, no hubiera corrido. Me habría quedado a ver qué ocurría.” según declaro el testigo a La Gaceta Regional.
Según declaraciones de varios vecinos y de su propio jefe, atestiguaron que Maximiliano era un joven normal y formal y que seguramente lo ocurrido aquella noche de 22 de marzo de 1974 no era producto de su imaginación

En el año 1974, salto a la prensa nacional Española el caso de un transportista de salamanca que seguro ver durante dos noches un objeto volador con seres que le persiguieron.
Nos tenemos que remontar a un 21 de marzo de 1974, cuando Maximiliano Iglesias un joven transportista de veintiún años de Salamanca, aseguro haber visto en el mismo punto aproximadamente un kilómetro de Valdehijaderos durante dos noches seguidas unos objetos cerca de la carretera.
Maximiliano se encontraba en un pueblo cercano a Lagunilla, donde residía visitando a su novia, cuando aproximadamente sobre las dos de la madrugada decidió volver a su casa por la carretera con su camión Avia por la carretera que pasaba por la población de Valdehijaderos, cuando aproximadamente a un kilómetro de la misma, Maximiliano fue deslumbrado por una potente luz que él atribuyo a otro camión que se acercaba hacia él por la misma carretera. Ante el deslumbramiento el joven lanzo varias ráfagas de luces y cuando estaba a unos doscientos metros de esa luz tan potente, observo a un lado de la carretera un objeto extraño como “un plato puesto encima de otro más grande y redondo”. A unos diez metros del suelo vio otro objeto semejante, Maximiliano observo como del aparato que estaba posado en el suelo, salían del mismo dos seres, uno de los cuales señalo al camión donde se encontraba nuestro protagonista.
Los seres volvieron a introducirse dentro del aparato y despegaron conjuntamente con el que estaba a diez metros sobre el suelo. Maximiliano intento arrancar el camión infructuosamente hasta un rato después de que estos seres se marcharan en su nave.
El joven asustado llego a su casa y se acostos aunque por miedo a que lo tomaran por loco no relato lo ocurrido a nadie.
Ese mismo día Maximiliano tenía que llevar unos materiales con el camión que su jefe le había encargado y paso por el mismo sítio pero esta vez sobre las once y media de la noche, donde volvió a encontrar a estas dos aeronaves en el mismo punto.
Y esto es lo que relato a los medios de comunicación Maximiliano.
“Se paró el motor el camión no andaba. Me salí de la cabina. De pronto vi cuatro figuras fuera. No sé sí estaban ya o salieron. No se sí son hombres o mujeres. Vinieron hacia mí. Al verlos salí corriendo, asustado. Me vine en dirección a Horcajo a campo a través. Me seguían. Corrían mucho más que yo. Venía agotado y pude meterme en una zanja llena de barro. Pasaron muy cerca, como a dos metros sin verme. Les vi pasar. Eran altos, como de dos metros y tenían brazos y piernas pero sus rostros no se los vi. No les oí voz alguna. Al verlos pasar lejos, me volví al camión. Recuerdo que dejé la puerta abierta y estaba cerrada. Pensé que alguno estaba dentro y me acerqué despacito y miré. No vi dentro a nadie. No recuerdo si hacía frito o calor ¡Calcule cómo estaría yo! Les volví a ver desde lejos y me miraron de nuevo. Señalaban con los brazos. Se montaron y se elevaron las tres naves. Luego vi como volvían a bajar y con unas herramientas que no puedo precisar hacían como unos agujeros. Y por fin se fueron. El camión no lo pude arrancar, pues tenía la batería averiada”.
Maximiliano al día siguiente se personó en el cuartel de la Guardia Civil, para relatar lo acontecido la noche anterior.
La Guardia Civil se persono en el lugar y efectivamente pudo constatar en el sitio que había un agujero que Maximiliano negó haber realizado
“Es cierto cuanto digo para que iba a mentir. El que me quiera creer que me crea. Yo des esto no tenía ni idea. No recuerdo muchos detalles, pero sí presencié que al despegar las naves daba un sonido muy fuerte, un silbido potente que de momento dejaban sordo. Ahora estoy tranquilo y sólo digo una cosa “Si aquella segunda noche, en vez de solo, hubiera ido con otro y éste se hubiera mostrado valiente, no hubiera corrido. Me habría quedado a ver qué ocurría.” según declaro el testigo a La Gaceta Regional.
Según declaraciones de varios vecinos y de su propio jefe, atestiguaron que Maximiliano era un joven normal y formal y que seguramente lo ocurrido aquella noche de 22 de marzo de 1974 no era producto de su imaginación
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