- Vie, 02 Sep 2022, 02:45
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Casi tres décadas en soledad le han valido al indígena brasileño que habitaba una zona intrincada zona de la selva amazónica para llevarse el título de "el hombre más solitario del mundo".
El hombre, también conocido como el “hombre del agujero”, vivió en total aislamiento durante 26 años en la tierra indígena de Tanaroo, en lo más profundo del estado brasileño de Rondônia. El hombre recibió su apodo por su coatumbre de cavar agujeros profundos dentro de sus chozas, algunos de los cuales usaba para atrapar animales y otros, presumiblemente para esconderse.

El hombre evitó el contacto con el mundo exterior, aunque las autoridades locales mantenían una constante vigilancia desde lejos, a veces dejándole provisiones y otra simplemente para verificar que se encontraba bien y conocer sus hábitos.

Survival International dijo que el resto de su tribu fue diezmada por ataques en la década de 1970, en su mayoría por parte de pastores y acaparadores de tierras.
“Ningún forastero sabía el nombre del hombre o incluso su tribu, y con su muerte terminó el genocidio de su pueblo”, dijo Fiona Watson, directora de investigación y defensa de Survival International. “Porque realmente fue un genocidio: la destrucción deliberada de todo un pueblo por parte de pastores hambrientos de tierras y riquezas”.
El 23 de agosto, empleados de la Agencia Indígena Brasileña Funai descubrieron el cuerpo del hombre acostado en una hamaca de su choza. Se cree que tenía unos 60 años.
Un primer examen visual arrojó que no se encontraron signos de lucha, violencia o la posibilidad de que la muerte haya sido provocada. Funai dijo que murió por causas naturales y su cuerpo será sometido a un examen forense por parte de la policía federal.
Marcelo dos Santos, del equipo que lo protegía, precisó que fue hallado «en una hamaca, cubierto de plumas de guacamayo». Cree que «estaba esperando la muerte».

Survival International dijo que sus campamentos abandonados dejaron rastros de su vida, donde plantó cultivos, incluidos maíz y papaya, y construyó casas de paja que han sido múltiples a lo largo de su vida.
Cada vez son menos las tribus que viven alejadas de la "civilización" y que disfrutan de una tranquilidad absoluta.
El hombre, también conocido como el “hombre del agujero”, vivió en total aislamiento durante 26 años en la tierra indígena de Tanaroo, en lo más profundo del estado brasileño de Rondônia. El hombre recibió su apodo por su coatumbre de cavar agujeros profundos dentro de sus chozas, algunos de los cuales usaba para atrapar animales y otros, presumiblemente para esconderse.

El hombre evitó el contacto con el mundo exterior, aunque las autoridades locales mantenían una constante vigilancia desde lejos, a veces dejándole provisiones y otra simplemente para verificar que se encontraba bien y conocer sus hábitos.

Survival International dijo que el resto de su tribu fue diezmada por ataques en la década de 1970, en su mayoría por parte de pastores y acaparadores de tierras.
“Ningún forastero sabía el nombre del hombre o incluso su tribu, y con su muerte terminó el genocidio de su pueblo”, dijo Fiona Watson, directora de investigación y defensa de Survival International. “Porque realmente fue un genocidio: la destrucción deliberada de todo un pueblo por parte de pastores hambrientos de tierras y riquezas”.
El 23 de agosto, empleados de la Agencia Indígena Brasileña Funai descubrieron el cuerpo del hombre acostado en una hamaca de su choza. Se cree que tenía unos 60 años.
Un primer examen visual arrojó que no se encontraron signos de lucha, violencia o la posibilidad de que la muerte haya sido provocada. Funai dijo que murió por causas naturales y su cuerpo será sometido a un examen forense por parte de la policía federal.
Marcelo dos Santos, del equipo que lo protegía, precisó que fue hallado «en una hamaca, cubierto de plumas de guacamayo». Cree que «estaba esperando la muerte».

Survival International dijo que sus campamentos abandonados dejaron rastros de su vida, donde plantó cultivos, incluidos maíz y papaya, y construyó casas de paja que han sido múltiples a lo largo de su vida.
Cada vez son menos las tribus que viven alejadas de la "civilización" y que disfrutan de una tranquilidad absoluta.
Festina, Adimension le gusta esto
¿Has sentido alguna vez esas cosas punzantes en la nuca? Son ellos…