- Mié, 17 Ago 2022, 17:31
#675
Cierto dia, alla por los 80s, rgresaba yó como de costumbre y de madrugada ese sábado a mi casa, tras una noche de juerga y rock and roll con mis amigos de la universidad y los de mi barrio; cuando en la esquina de mi calle encontré un pequeño perrito negro de pecho marrón claro, que estaba atado extrañamente a un poste de luz y sin nadie a su lado. Estaba abandonado,lo habían dejado a su suerte.
Esa madrugada y con mis padres despiertos por el ruido de mi ingreso "acompañado"a la casa, ese perrito tuvo un nombre,un hogar y tres corazones. Así fueron los días de mi "Pelusa", 18 años (una vida muy extensa) para un pinscher, el cual demostró un amor y lealtad irrenunciable hacia nosotros, formando parte de la familia que lo adoraba y lo adoptaba como a un hijo.
Hacia inicios del año 96, Pelusa -producto de su edad- mostraba sintomas un poco extraños y fue así que su veterinario, el Dr. Mariano Hornostay (persona de mi confianza) diagnosticó un cancer irreversible, que condujo a Pelusa a una agonía larga, ya que mi madre se negaba al sacrificio piadoso del animal; hasta que ya no resistió y nos dejo para siempre. Luego de las inevitables lágrimas y una especie de luto por su muerte; comenzaron a suceder en casa hechos extraños, como por ejemplo la caida de sus juguetes que mi madre habia guardado en un estante; el golpeteo de la puerta del patio trasero que era su lugar habitable; ruidos en la cocina como si alguien fuera de un lado a otro; hasta que un día lo encontré y de cuerpo presente, casi semitransparente parado en la puerta de la sala, que era su lugar para dormir.
En esa época yo estaba (como ya les he contado) muy "enganchado" con los fenómenos paranormales y en mi vivía esa facilidad de "ver" los fenómenos con total claridad, claro que mi emocion fue inmensa al ver mi perro querido, la imagen de Pelusa se desvaneció al momento y a partir de alli, apareció ante mis padres un par de veces para luego desaparecer.
Han pasado casi 4 decadas y un día (hasta hace poco) regrese a la casa, ya deshabitada,polvorienta y cerrada, y quise quedarme unas horas, para lo cual me instale (previa limpieza) en el viejo sillon de la sala, y fue allí donde comenzaron aquellos ruidos en la cocina,la cual estaba tal cual la ultima vez; identifiqué el fenomeno y mis ojos se llenaron de lágrimas, habian pasado 40 años y mi perro querido aún estaba en la casa !!!
Confieso queridos amigos que he llorado con una pasion y una intensidad terrible; jamas me embargo una emocion tan grande cuando al salir llorando de la casa escuche su ladrido tan vivido que por miedo no quise voltear. Mi perrito adorado; aquel compañero de tantos dias de mi vida aun cuidaba mi viejo hogar y me saludaba desde un lugar desconocido y tan lejano como cercano a mis sentimientos. Que la Luz lo bendiga y me lo reserve para el día en que me reencuentre con él, quizá en un plano feliz, como aquellos dias que juntos supimos vivir.
Esa madrugada y con mis padres despiertos por el ruido de mi ingreso "acompañado"a la casa, ese perrito tuvo un nombre,un hogar y tres corazones. Así fueron los días de mi "Pelusa", 18 años (una vida muy extensa) para un pinscher, el cual demostró un amor y lealtad irrenunciable hacia nosotros, formando parte de la familia que lo adoraba y lo adoptaba como a un hijo.
Hacia inicios del año 96, Pelusa -producto de su edad- mostraba sintomas un poco extraños y fue así que su veterinario, el Dr. Mariano Hornostay (persona de mi confianza) diagnosticó un cancer irreversible, que condujo a Pelusa a una agonía larga, ya que mi madre se negaba al sacrificio piadoso del animal; hasta que ya no resistió y nos dejo para siempre. Luego de las inevitables lágrimas y una especie de luto por su muerte; comenzaron a suceder en casa hechos extraños, como por ejemplo la caida de sus juguetes que mi madre habia guardado en un estante; el golpeteo de la puerta del patio trasero que era su lugar habitable; ruidos en la cocina como si alguien fuera de un lado a otro; hasta que un día lo encontré y de cuerpo presente, casi semitransparente parado en la puerta de la sala, que era su lugar para dormir.
En esa época yo estaba (como ya les he contado) muy "enganchado" con los fenómenos paranormales y en mi vivía esa facilidad de "ver" los fenómenos con total claridad, claro que mi emocion fue inmensa al ver mi perro querido, la imagen de Pelusa se desvaneció al momento y a partir de alli, apareció ante mis padres un par de veces para luego desaparecer.
Han pasado casi 4 decadas y un día (hasta hace poco) regrese a la casa, ya deshabitada,polvorienta y cerrada, y quise quedarme unas horas, para lo cual me instale (previa limpieza) en el viejo sillon de la sala, y fue allí donde comenzaron aquellos ruidos en la cocina,la cual estaba tal cual la ultima vez; identifiqué el fenomeno y mis ojos se llenaron de lágrimas, habian pasado 40 años y mi perro querido aún estaba en la casa !!!
Confieso queridos amigos que he llorado con una pasion y una intensidad terrible; jamas me embargo una emocion tan grande cuando al salir llorando de la casa escuche su ladrido tan vivido que por miedo no quise voltear. Mi perrito adorado; aquel compañero de tantos dias de mi vida aun cuidaba mi viejo hogar y me saludaba desde un lugar desconocido y tan lejano como cercano a mis sentimientos. Que la Luz lo bendiga y me lo reserve para el día en que me reencuentre con él, quizá en un plano feliz, como aquellos dias que juntos supimos vivir.
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