- Mié, 17 Ago 2022, 23:19
#687
Les comparto una experiencia que tuve ya hace más de 10 años en el norte de Chile.
Estuve 2 años como misionero religioso en varias ciudades de la zona norte grande de mi país, recuerdo con especial agrado a Copiapó. Una ciudad asediada por un sol implacable y noches frías.
La casa en donde hospedábamos 3 compañeros y yo era espaciosa, con un patio frontal bastante grande pero la casa a simple vista estaba algo descuidada. Al ingresar al interior noté que las paredes habían sido pintadas hace poco, el piso estaba limpio al igual que las ventanas. Eran 4 habitaciones pero por normas teníamos que dormir en camarotes asi que solo usábamos 2 habitaciones para dormir y las otras dos estaban vacías. Demoramos pocas horas ordenar todo y salimos a "misionar". Estuvo todo tranquilo varias semanas hasta que un viernes 19 de noviembre de 2010 presencié una serie de eventos que pusieron a prueba mi valor.
Ese día me tocó caminar por varios lugares conocidos buscando gente para dar a conocer mi fe pero nada lográbamos por lo que mi compañero me comentó que buscáramos suerte en esas calles que están a las faldas de un cerro, lejos de nuestra zona habitual. Le dije que sí y nos dirigimos hacia allá. Las calles estaban polvorientas y las casas aún peores y la gente nos cerraba la puerta en la cara. Para la cuarta casa al tratar de mirar por la ventana noté, un papel pegado en ella con un dibujo de un pentagrama. Al ver esto miré a las otras casas y vi el mismo papel y peor, noté que personas al interior de la casa nos miraban con rostros de estar enojados. Avisé a mi compañero que era mejor irnos de ahí pero él dijo que había que tener fe así que seguimos golpeando puertas. No me di cuenta que la tarde caía y la noche aparecía cuando al momento de golpear la penúltima puerta de un pasaje nos abrió un hombre ya viejo. Nos invitó a pasar pero antes de poder decir algo de nuestro mensaje, nos dijo: "¿que hacen ustedes acá?, les dije a sus antiguos compañeros que por nada del mundo deberían deambular en esta zona. ¿Acaso quieren morir?, ¿están seguros de querer terminar su tiempo en este mundo?, les dije que tienen prohibido estar en estos lados. Será mejor que tomen estas bolsitas y salgan de acá corriendo y no vuelvan". En ese instante escuché golpes fuertes en la puerta, como si la quisieran derribar además de gritos, pero no eran gritos normales, eran como unos lamentos pero con gritos y sentí inquietud ya que no me había pasado algo así antes. El señor se levantó y tomó algo de una mesa y nos lo pasó... eran bolsitas de genero con algo en su interior. Luego dijo "salgan por atrás, y váyanse corriendo. Les van a perseguir pero con algo de suerte no les pasará nada". Y abrió una puerta que daba a otro pasaje.
En ese momento, cuando recuerdo (como en este momento estoy recordando) sentía que debía hacerle caso así que agarré a mi compañero y salimos corriendo. Mientras bajamos por las calles a la zona conocida sentía que algo corría atrás de los dos, escuchaba pisadas fuertes muy cerca de mí pero no me detuve hasta que en una avenida una familia de la iglesia nos vio y nos invitó a irnos a dejar a la casa. Al sentarnos, vi hacia atrás y solo noté a dos personas de camisas blancas y pantalones oscuros retroceder hasta perderse en la oscuridad de la noche, el padre de familia nos preguntaba porque estábamos corriendo y le contamos esa experiencia. Nos dijo que esas calles viven brujos que hacen trabajos de magia negra, y que en el pasado hubo un par de misioneros que al igual que nosotros, buscaron gente en esos lados pero que no regresaron ilesos, de hecho uno de ellos fue excomulgado por motivos que no contó.
Al estar por llegar a casa noté que dos hombres abrieron la cerca y entraron al patio de la casa. Como era de noche y el patio no estaba iluminando supuse que eran los otros dos que también volvían de un día de predicar, así que le avisé al que nos llevaba que aquí nos bajábamos para poder alcanzar a los otros dos. Nos despedimos y bajamos. Al llegar a la cerca, me percaté que estaba con candado. No le di vueltas y abrí la cerca y entré con mi compañero. Notamos que la casa estaba con las luces apagadas, le avisé a mi compañero que los otros habían ya llegado para evitar un susto (eran bien bromistas -_-) pero al abrir la casa y encender la luz notamos con susto que todo estaba desordenado, y lo peor nadie estaba en la casa. A los minutos llegaron los otros dos y al principio se molestaron porque todo estaba desordenado pero al comentarles que vi a dos entrar se quedaron callados y empezaron también a buscar a un posible ladrón.
Pero no había mas gente que nosotros cuatro. Nos fuimos a acostar, sin embargo durante la madrugada escuchamos que la puerta principal se abría y se cerraba, y que las llaves de lso grifos se abrían mi compañero y yo fuimos a ver que pasaba y (al menos yo) vi a dos hombres de camisa blanca y pantalones oscuros en la entrada, eran los mismos pero en mi mente no hallaba lógica, no había forma que nos hayan encontrado sobretodo porque nosotros llegamos en auto y ellos los vi retrocediendo.
Se rieron, al menos escuché risas y al querer avanzar y saber quienes eran se prendió las luces, todas las luces y noté con espanto que no tenían rostro, de hecho era como si una nube espesa era el rostro y al segundo estallaron las ampolletas mientras escuchaba que se movían las sillas y demás cosas en dirección hacia donde estábamos mi compañero y yo. No podíamos ver que sucedía, no teníamos objeto que iluminaran por lo que tanteábamos en completa oscuridad, escuchábamos como si gente corriera alrededor nuestro pero sin tocarnos, me acordaba cuando corríamos cerro abajo, era el mismo sonido, los mismos pasos. Mi compañero gritó que algo lo jalaba de una pierna y pedía ayuda. Pensaba que estaba cerca. No lo encontraba, extendía mis manos con miedo... miedo a que lo que estaba corriendo me agarraran. Gritaba a los otros dos pero no respondían. Mi compañero gritaba con mas fuerza... decía que lo agarraban de las dos piernas y lo jalaban hacia arriba con fuerza. Mas pisadas escuchaba alrededor de mí, mas gritos, mas pisadas... tenía la sensación que había pasado horas hasta que me acordé de Dios y di una suplica y justo en ese momento hubo silencio. Uno de los otros dos apareció con la linterna del celular y me dijo que estábamos en un trance, parados al medio de la sala. Que ni siquiera nos movimos cuando estallaron las ampolletas, pero al ver al otro compañero caer y ver que las piernas flotaban como si lo estuvieran agarrando me dejaron en ese trance tratando de ayudar al otro hasta que grité que la sangre de Cristo tiene poder y las piernas bajaron y yo salí de ese trance. Mi compañero no despertó hasta la mañana siguiente...
Yo no dormí en toda la noche, esos dos hombres estaban en el patio, los veía desde la ventana pero no ingresaron nuevamente.
Fue una noche extensa y extenuante, creo que pocas veces celebré un amanecer como el de esa vez.
Esa casa tiene otra experiencia que va ligada a esta que viví por motivo de caminar por esa zona "prohibida". Pero creo que ya relaté mucho (disculpen al que lea semejante texto), pero creo que era necesario establecer bien el lugar de los hechos.
Saludos.
Estuve 2 años como misionero religioso en varias ciudades de la zona norte grande de mi país, recuerdo con especial agrado a Copiapó. Una ciudad asediada por un sol implacable y noches frías.
La casa en donde hospedábamos 3 compañeros y yo era espaciosa, con un patio frontal bastante grande pero la casa a simple vista estaba algo descuidada. Al ingresar al interior noté que las paredes habían sido pintadas hace poco, el piso estaba limpio al igual que las ventanas. Eran 4 habitaciones pero por normas teníamos que dormir en camarotes asi que solo usábamos 2 habitaciones para dormir y las otras dos estaban vacías. Demoramos pocas horas ordenar todo y salimos a "misionar". Estuvo todo tranquilo varias semanas hasta que un viernes 19 de noviembre de 2010 presencié una serie de eventos que pusieron a prueba mi valor.
Ese día me tocó caminar por varios lugares conocidos buscando gente para dar a conocer mi fe pero nada lográbamos por lo que mi compañero me comentó que buscáramos suerte en esas calles que están a las faldas de un cerro, lejos de nuestra zona habitual. Le dije que sí y nos dirigimos hacia allá. Las calles estaban polvorientas y las casas aún peores y la gente nos cerraba la puerta en la cara. Para la cuarta casa al tratar de mirar por la ventana noté, un papel pegado en ella con un dibujo de un pentagrama. Al ver esto miré a las otras casas y vi el mismo papel y peor, noté que personas al interior de la casa nos miraban con rostros de estar enojados. Avisé a mi compañero que era mejor irnos de ahí pero él dijo que había que tener fe así que seguimos golpeando puertas. No me di cuenta que la tarde caía y la noche aparecía cuando al momento de golpear la penúltima puerta de un pasaje nos abrió un hombre ya viejo. Nos invitó a pasar pero antes de poder decir algo de nuestro mensaje, nos dijo: "¿que hacen ustedes acá?, les dije a sus antiguos compañeros que por nada del mundo deberían deambular en esta zona. ¿Acaso quieren morir?, ¿están seguros de querer terminar su tiempo en este mundo?, les dije que tienen prohibido estar en estos lados. Será mejor que tomen estas bolsitas y salgan de acá corriendo y no vuelvan". En ese instante escuché golpes fuertes en la puerta, como si la quisieran derribar además de gritos, pero no eran gritos normales, eran como unos lamentos pero con gritos y sentí inquietud ya que no me había pasado algo así antes. El señor se levantó y tomó algo de una mesa y nos lo pasó... eran bolsitas de genero con algo en su interior. Luego dijo "salgan por atrás, y váyanse corriendo. Les van a perseguir pero con algo de suerte no les pasará nada". Y abrió una puerta que daba a otro pasaje.
En ese momento, cuando recuerdo (como en este momento estoy recordando) sentía que debía hacerle caso así que agarré a mi compañero y salimos corriendo. Mientras bajamos por las calles a la zona conocida sentía que algo corría atrás de los dos, escuchaba pisadas fuertes muy cerca de mí pero no me detuve hasta que en una avenida una familia de la iglesia nos vio y nos invitó a irnos a dejar a la casa. Al sentarnos, vi hacia atrás y solo noté a dos personas de camisas blancas y pantalones oscuros retroceder hasta perderse en la oscuridad de la noche, el padre de familia nos preguntaba porque estábamos corriendo y le contamos esa experiencia. Nos dijo que esas calles viven brujos que hacen trabajos de magia negra, y que en el pasado hubo un par de misioneros que al igual que nosotros, buscaron gente en esos lados pero que no regresaron ilesos, de hecho uno de ellos fue excomulgado por motivos que no contó.
Al estar por llegar a casa noté que dos hombres abrieron la cerca y entraron al patio de la casa. Como era de noche y el patio no estaba iluminando supuse que eran los otros dos que también volvían de un día de predicar, así que le avisé al que nos llevaba que aquí nos bajábamos para poder alcanzar a los otros dos. Nos despedimos y bajamos. Al llegar a la cerca, me percaté que estaba con candado. No le di vueltas y abrí la cerca y entré con mi compañero. Notamos que la casa estaba con las luces apagadas, le avisé a mi compañero que los otros habían ya llegado para evitar un susto (eran bien bromistas -_-) pero al abrir la casa y encender la luz notamos con susto que todo estaba desordenado, y lo peor nadie estaba en la casa. A los minutos llegaron los otros dos y al principio se molestaron porque todo estaba desordenado pero al comentarles que vi a dos entrar se quedaron callados y empezaron también a buscar a un posible ladrón.
Pero no había mas gente que nosotros cuatro. Nos fuimos a acostar, sin embargo durante la madrugada escuchamos que la puerta principal se abría y se cerraba, y que las llaves de lso grifos se abrían mi compañero y yo fuimos a ver que pasaba y (al menos yo) vi a dos hombres de camisa blanca y pantalones oscuros en la entrada, eran los mismos pero en mi mente no hallaba lógica, no había forma que nos hayan encontrado sobretodo porque nosotros llegamos en auto y ellos los vi retrocediendo.
Se rieron, al menos escuché risas y al querer avanzar y saber quienes eran se prendió las luces, todas las luces y noté con espanto que no tenían rostro, de hecho era como si una nube espesa era el rostro y al segundo estallaron las ampolletas mientras escuchaba que se movían las sillas y demás cosas en dirección hacia donde estábamos mi compañero y yo. No podíamos ver que sucedía, no teníamos objeto que iluminaran por lo que tanteábamos en completa oscuridad, escuchábamos como si gente corriera alrededor nuestro pero sin tocarnos, me acordaba cuando corríamos cerro abajo, era el mismo sonido, los mismos pasos. Mi compañero gritó que algo lo jalaba de una pierna y pedía ayuda. Pensaba que estaba cerca. No lo encontraba, extendía mis manos con miedo... miedo a que lo que estaba corriendo me agarraran. Gritaba a los otros dos pero no respondían. Mi compañero gritaba con mas fuerza... decía que lo agarraban de las dos piernas y lo jalaban hacia arriba con fuerza. Mas pisadas escuchaba alrededor de mí, mas gritos, mas pisadas... tenía la sensación que había pasado horas hasta que me acordé de Dios y di una suplica y justo en ese momento hubo silencio. Uno de los otros dos apareció con la linterna del celular y me dijo que estábamos en un trance, parados al medio de la sala. Que ni siquiera nos movimos cuando estallaron las ampolletas, pero al ver al otro compañero caer y ver que las piernas flotaban como si lo estuvieran agarrando me dejaron en ese trance tratando de ayudar al otro hasta que grité que la sangre de Cristo tiene poder y las piernas bajaron y yo salí de ese trance. Mi compañero no despertó hasta la mañana siguiente...
Yo no dormí en toda la noche, esos dos hombres estaban en el patio, los veía desde la ventana pero no ingresaron nuevamente.
Fue una noche extensa y extenuante, creo que pocas veces celebré un amanecer como el de esa vez.
Esa casa tiene otra experiencia que va ligada a esta que viví por motivo de caminar por esa zona "prohibida". Pero creo que ya relaté mucho (disculpen al que lea semejante texto), pero creo que era necesario establecer bien el lugar de los hechos.
Saludos.
A coelo usque ad centrum, scientia ac labore: flectere si nequeo superos, acheronta movebo...