- Lun, 03 Abr 2023, 22:21
#1387
Los antecedentes
En 1396, Juan I de Aragón fallecía en un desafortunado accidente de caza en Torroella de Montgrí, Girona. Al fallecer sin descendencia masculina, se hizo cargo del trono de Aragón su hermano, que pasaría a gobernar como Martín I, el humano.
Quien sabe si como tapadera de alguna conspiración y para desviar la atención del hecho, gran parte de los principales funcionarios de la corte de Juan I fueron acusados y juzgados de diversos hechos ilícitos, entre otros y los más graves, por tratarse de temas de Fe, era haber dado sepultura al rey sin haberle provisto de los sacramentos oportunos, lo cual condenaba al alma del monarca al infierno, hecho del todo inaceptable.
El viaje de Ramón de Perellós i Roda
Cuenta el vizconde Ramón de Perellós y Roda, en su libro de 1398, que una vez liberado de toda acusación y siendo ya un hombre fuerte dentro de la nueva corte de Aragón y con el objetivo de demostrar su inocencia, inició un viaje ni más ni menos que al purgatorio, cuya puerta se hallaba en un santuario dedicado a San Patricio en Irlanda, concretamente ubicado en el lago Derc y donde el bueno de Ramón describe haber bajado y hablado con diferentes almas en pena ,incluyendo la del difunto Rey Juan I, lo que demostraba su inocencia.
Historia del plagio, ¿de otra obra de ficción?
Desgraciadamente para nosotros esta historia ha sido demostrada como plagiada por el bueno de Ramón, que se dedicó a copiar pasajes enteros del “Tractatus de Purgatorio Sancti Patricii”, escrito a finales del siglo XII por un monje de apellido Saltry, único dato por el que se le conoce.
En este tratado se nos explica la aventura del caballero Owein, que se adentra en las escalera que bajan al purgatorio para ser recibido por unos monjes que visten de blanco y que le aconsejan encomendarse al señor si algún problema le acuciaba.
Poco tardaría el bueno de Owein en tener que nombrar a Jesús pues al poco de adentrarse en el purgatorio, un ejército de demonios se dirigiría hacia él, lo apresaban y arrojaban al fuego, siendo salvado por intervención Divina en el último instante.
El buen caballero sería testigo de cómo las almas eran torturadas allí mismo, en el purgatorio y de su sufrimiento. El punto álgido de su experiencia llega cuando vislumbra un rio que es ni más ni menos que una entrada al infierno y detrás del cual descubre otra entrada, pero al paraíso terrenal, desde donde llega a contemplar, a lo lejos, una entrada al paraíso celestial.
El Purgatorio
Lo cierto es que, pese a las más que evidentes dudas de la veracidad de ambas historias, preciosas, por otra parte, estas sirvieron para fortalecer la creencia del purgatorio en el imaginario popular y es, además, una estrategia de defensa preciosa. La historia de Ramón de Perellós se sustentaba, además, en un viaje históricamente demostrado.
¿Conoces algún caso similar? ¿Crees en el purgatorio? Me interesaría conocer tu opinión!
En 1396, Juan I de Aragón fallecía en un desafortunado accidente de caza en Torroella de Montgrí, Girona. Al fallecer sin descendencia masculina, se hizo cargo del trono de Aragón su hermano, que pasaría a gobernar como Martín I, el humano.
Quien sabe si como tapadera de alguna conspiración y para desviar la atención del hecho, gran parte de los principales funcionarios de la corte de Juan I fueron acusados y juzgados de diversos hechos ilícitos, entre otros y los más graves, por tratarse de temas de Fe, era haber dado sepultura al rey sin haberle provisto de los sacramentos oportunos, lo cual condenaba al alma del monarca al infierno, hecho del todo inaceptable.
El viaje de Ramón de Perellós i Roda
Cuenta el vizconde Ramón de Perellós y Roda, en su libro de 1398, que una vez liberado de toda acusación y siendo ya un hombre fuerte dentro de la nueva corte de Aragón y con el objetivo de demostrar su inocencia, inició un viaje ni más ni menos que al purgatorio, cuya puerta se hallaba en un santuario dedicado a San Patricio en Irlanda, concretamente ubicado en el lago Derc y donde el bueno de Ramón describe haber bajado y hablado con diferentes almas en pena ,incluyendo la del difunto Rey Juan I, lo que demostraba su inocencia.
Historia del plagio, ¿de otra obra de ficción?
Desgraciadamente para nosotros esta historia ha sido demostrada como plagiada por el bueno de Ramón, que se dedicó a copiar pasajes enteros del “Tractatus de Purgatorio Sancti Patricii”, escrito a finales del siglo XII por un monje de apellido Saltry, único dato por el que se le conoce.
En este tratado se nos explica la aventura del caballero Owein, que se adentra en las escalera que bajan al purgatorio para ser recibido por unos monjes que visten de blanco y que le aconsejan encomendarse al señor si algún problema le acuciaba.
Poco tardaría el bueno de Owein en tener que nombrar a Jesús pues al poco de adentrarse en el purgatorio, un ejército de demonios se dirigiría hacia él, lo apresaban y arrojaban al fuego, siendo salvado por intervención Divina en el último instante.
El buen caballero sería testigo de cómo las almas eran torturadas allí mismo, en el purgatorio y de su sufrimiento. El punto álgido de su experiencia llega cuando vislumbra un rio que es ni más ni menos que una entrada al infierno y detrás del cual descubre otra entrada, pero al paraíso terrenal, desde donde llega a contemplar, a lo lejos, una entrada al paraíso celestial.
El Purgatorio
Lo cierto es que, pese a las más que evidentes dudas de la veracidad de ambas historias, preciosas, por otra parte, estas sirvieron para fortalecer la creencia del purgatorio en el imaginario popular y es, además, una estrategia de defensa preciosa. La historia de Ramón de Perellós se sustentaba, además, en un viaje históricamente demostrado.
¿Conoces algún caso similar? ¿Crees en el purgatorio? Me interesaría conocer tu opinión!
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